Perfiles de gente dispar que son ejemplos a seguir o a no imitar.

martes, 15 de septiembre de 2009

Joan Laporta: de profesión, opositor a político.


Me da pena, mucha pena que haya gente que utilice instituciones centenarias y respetables al servicio propio, como trampolín a colmar sus ambiciones, sus aspiraciones sean de la naturaleza que sean. Y es aquí cuando entra en acción el señor Joan Laporta, presidente del Fútbol Club Barcelona y potencial candidato a pez gordo de la "Generalitat" cuando abandone, en junio de 2010, su cargo en el club azulgrana.
Decía en una entrevista en el Marca el otro día, el hijo de aquel insigne presidente del Atlético de Madrid, de nombre Vicente Calderón, que lo que distinguía a gente como su padre, Don Santiago Bernabeu o el propio Florentino Pérez de gente como Laporta o la familia Gil, es que mientras los primeros sirven con su cargo al club, los segundos se sirven del club gracias a su cargo.
El Barcelona está muy por encima de tipos como su presidente. No sólo por ser un modelo deportivo de como proyectar una filosofía de juego y de entender el fútbol desde los benjamines a los profesionales, sino porque se trata de un club fundado hace 110 años, por el que han pasado tipos excepcionales como Kubala, Suárez, Cruyff, Rexach, Maradona, Schuster, Guardiola, Koeman, Laudrup, Figo, Romario y Ronaldo, gente que se ha ido y el club ha permanecido inalterable. Es por ello, por lo que puedo considerar a Laporta un personaje más que prescindible y del que a la larga nadie se acordará.
El señor Laporta, no debe de ser consciente del daño que hace a esta institución cuando se posiciona gratuitamente como un separatista "porque así lo siento". Ahora saldrán los adalides de la libertad de expresión a zumbarme, pero por encima de todo hay que ser mesurado y coherente, estar a la altura del cargo que uno representa. A eso se le llama sentido común y este señor carece, y mucho, de esta cualidad.
Ahora saltarán algunos culés diciendo que soy un facha, un radical, un Ultra Sur, que si odio a los catalanes y que si la abuela fuma. ¡Ja, ja, ja y mil veces ja!. No mezclemos, por muy madridista que sea. Laporta me causa verguenza ajena. Hay muchos blaugranas en Cataluña que no son separatistas, que se sienten catalanes y españoles y son tan barcelonistas como el que más. Como también lo son los culés de fuera de esta región.
No se concibe que en un partido de alevines se les aleccione a los niños para que no formen en el campo mientras suena el himno de España, mientras el equipo rival, el Oporto, formó mientras sonaba el español y el portugués. Eso es vergonzoso y malo para el club culé, porque estos actos confunden a la gente. Una persona a la que presupongo una mínimo de formación, no puede acudir a una manifestación independentista que bajo el lema de "Somos una nación, queremos un estado propio" concurrió por la Ciudad Condal el pasado 11 de septiembre.
No, porque por muy personal que sea la decisión de concurrir a la manifestación o por muy personales que sean las manifestaciones pro-independentistas que día sí y día también vomita este sujeto, siempre las hará siendo presidente de un club de fútbol y lo hace representando a sus socios y seguidores que en un porcentaje muy alto no coinciden con sus ideas. Señor Laporta, en 9 meses acaba su mandato, hasta entonces déjese llevar y no hurgue más en la herida. Y si no se siente español y piensa que su equipo tampoco lo es, pida la retirada del Barça de la Liga española y de la Copa del Rey y juegue la Liga Catalana contra Sabadell, Terrasa, Figueres, Nástic y Girona o la apasionante Copa Cataluña... verá dónde queda el prestigio de su club. Estoy muy cansado de la manga ancha que se le da a los separatistas y los palazos a aquellos que dicen "sentirse españoles". HIPÓCRITAS DE MIERDA.
Laporta, los 9 meses de mandato que le quedan, dedíquese a su club y no a su partido político. Sirva a su equipo y no lo utilice porque el Barcelona no se lo merece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario